

En esta clase trabajas el cuerpo entero. Cada postura te guía a la próxima. A través de los movimientos y la respiración desarrollas una relación y conexión consciente entre el cuerpo y la mente para entonces vivir en sintonía con el cerebro y el corazón. Una práctica que te reta para guiarte a evolucionar a nivel físico, mental y espiritual.